Se llama Agnès, tiene 8 años, es una niña sin problemas de
salud y no estaría en el servicio de urgencias de pediatría del hospital de no
ser por la aparición, unos 10 días antes, de una especie de bultos rojos en
ambas piernas, dolorosos a la presión, que habían ido apareciendo tras un cuadro
de unos 6 días de evolución de lo que parecía una infección banal de vías
respiratorias altas (con unos días de fiebre, dolores articulares inespecíficos
y dolor de garganta). No había llegado a tomar antibiótico, sólo ibuprofeno.
Agnès no tenía lesiones en otras localizaciones, salvo en
las piernas y gozaba de un excelente estado general, aunque se la notaba nerviosa
y asustada por el ambiente hospitalario y la cara de preocupación de sus padres.
Tenía otros dos hermanos que se habían quedado en casa con los abuelos y un
gatito que acababan de adoptar.
¿Qué hacemos con Agnès y sus bultos? ¿La mandamos para casa
o le empezamos a pedir pruebas? ¿Y qué hay del tratamiento? Tendréis que
esperar al sábado para comprobarlo, a partir de este año la emoción de los
casos en el blog dura toda una semana, pero seguro que sabréis soportarlo.
Si ha ido todo bien yo acabo de aterrizar de mis vacaciones en Baja California Sur y este post está programado antes del viaje. Espero haber podido grabar algunas buenas imágenes estos días de buceo.
Os dejo con unos bichos marinos de lo más extraños...
Vasculitis leucocitoclastica vs eritema Indurado vs Bazin
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