Bueno, la enfermedad de Bowen digital no es más moderna.
Simplemente, está localizada en un dedo, una ubicación extraña de este tumor
relativamente frecuente en nuestras consultas, que no es más que una manera de
referirse a un carcinoma epidermoide intraepitelial, descrita por John Bowen en
1912. Como veremos a continuación, lo malo de que un Bowen afecte a un dedo,
especialmente en su zona más distal, es que es muy fácil que lo podamos confundir
con otras entidades más frecuentes y banales, pudiendo retrasarse el
diagnóstico.
Habitualmente la enfermedad de Bowen suele localizarse en
cabeza, cuello y extremidades inferiores, como una placa eritematosa solitaria
y a menudo asintomática (aunque en el 10-20% pueden coexistir varias lesiones).
Sin embargo, existen múltiples variantes de Bowen: pigmentado, subungueal,
palmar, genital, perianal y verrucoso e incluso puede confundirse con un melanoma.
Aspecto de la lesión después de la crioterapia |
Por no repetirnos, aquí os dejo el enlace del blog en el que repasábamos esta entidad y aquí este otro en el que nos centramos en las características dermatoscópicas.
Ernesto ya había tenido más de un tumor cutáneo (queratosis
actínicas y carcinomas basocelulares), de modo que esos antecedentes, junto a
su edad avanzada, nos hicieron pensar que posiblemente lo que veíamos en el dedo
era algo más que una simple verruga. De modo que le hicimos una biopsia en esa
misma visita y, tras confirmar el diagnóstico de enfermedad de Bowen, le
realizamos dos sesiones de crioterapia y una tanda de imiquimod en crema al 5%,
con buena respuesta que se mantuvo en el tiempo.
Y con este breve caso dejo el blog en suspensión durante dos
semanas, que ya voy necesitando un pequeño descanso. Pero atentos el día 23 en
el que volvemos al ataque con un caso pediátrico que seguro os sorprenderá.