30 octubre 2024

Eritema tóxico neonatal: cosas de bebés que se curan solas

La lista de dermatosis transitorias neonatales es notable y vale la pena conocer todas esas entidades, ya que pueden causar preocupación a los padres, o incluso confundirse con enfermedades importantes. Seguramente una de las más frecuentes, si no la que más, es el eritema tóxico neonatal, que no será tan tóxico cuando no tiene mayores consecuencias. Podríamos copiar cualquier libro de texto de dermatología pediátrica, pero he encontrado este artículo en la revista Piel publicado por Benigno Monteagudo en 2010 que os paso a resumir a continuación.

Al ser algo tan frecuente ya fue descrito en el siglo XV, pero el término eritema tóxico neonatal (ETN) lo acuñó Leiner en 1912. Su prevalencia es variable según la serie que consultemos, entre el 4 y el 72%, aunque esas discrepancias son debidas al tiempo de seguimiento de los bebés estudiados. Se correlaciona con la edad gestacional y el peso del recién nacido (RN), siendo raro en prematuros o cuando el peso es < 2.500 g. Aunque no hay una clara predilección en cuanto a raza o sexo, algunos estudios sugieren que es más frecuente en niños de piel negra (pero más difícil de apreciar) y en varones. Otros estudios encuentran relación con la edad de la madre (< 30 años) o la estación (verano y otoño). La duración del parto también se ha relacionado con una mayor intensidad de la erupción y tiempo de evolución. Otros factores parecen menos claros.

Eritema tóxico (imágenes de otro paciente a las 48h de vida)

La etiopatogenia no está del todo clara y a lo largo de los años se han propuesto múltiples hipótesis, desde la absorción de enterotoxinas, estímulos térmicos o mecánicos o reacción alérgica a agentes ambientales o transplacentarios, pero parece que se impone la creencia de que se trata de una respuesta inmunitaria frente a la colonización microbiana en los folículos pilosos desde el primer día de vida.

Las manifestaciones clínicas son bastante uniformes. Las lesiones suelen aparecer entre las 24 y 48 horas de vida (sólo un 11% lo hace las primeras 24h y un 25% más a partir del tercer día), pero de manera más excepcional se han descrito casos ya en el nacimiento o incluso a los 10-14 días de vida. Las lesiones persisten, con brotes intermitentes, menos de una semana y se resolverán sin dejar rastro. Pero ojo, que entre 5 y 11 días de la erupción inicial un 11% de los bebés presentarán recurrencias.

Las lesiones pueden afectar cualquier zona del cuerpo a excepción de palmas y plantas, siendo las localizaciones más frecuentes la cara (donde suele empezar), el tronco, las nalgas y la parte proximal de las extremidades. El número de lesiones también es muy variable, desde unas pocas a centenares y se caracterizan por pápulas o pústulas de 1-2 mm sobre una base eritematosa o habonosa irregular de 1 a 3 cm, todo ello asintomático y sin ninguna afectación sistémica. En el 7-15% se asocia a eosinofilia periférica (cuando se hacen analíticas por otros motivos). Esto es lo normal, pero en ocasiones el ETN se presenta de manera atípica, con pústulas generalizadas o localizadas.

Si hiciésemos una biopsia, veríamos pústulas subcórneas o intraepidérmicas, compuestas por eosinófilos en la parte superior del infundíbulo folicular, lo que explica la ausencia de lesiones acrales. En las máculas eritematosas se aprecia un edema dérmico superficial con un infiltrado difuso y perivascular formado por linfocitos, macrófagos, neutrófilos y eosinófilos.

En la mayor parte de los casos el diagnóstico es clínico, pero en los casos más atípicos (congénitos, tardíos, con pústulas generalizadas o en el área genital) está indicada la realización de cultivos bacterianos, fúngicos y víricos del exudado, con serologías e incluso biopsia en determinados casos.

Y es que el diagnóstico diferencial lo realizaremos con otras enfermedades vesículo-pustulosas del recién nacido, incluyendo procesos infecciosos, como el herpes simple, impétigo, varicela y candidiasis, o no infecciosos, como la melanosis pustulosa neonatal transitoria, la miliaria rubra, la acropustulosis infantil, la foliculitis pustulosa eosinofílica y la incontinencia pigmentaria. Hay lactantes que presentan de forma simultánea una ETN y una melanosis pustulosa neonatal transitoria e incluso algunos autores agrupan ambos procesos.

Pero lo más fácil es explicar el tratamiento, que únicamente consiste en tranquilizar a los padres y darles la enhorabuena por el bebé, que fue lo que hicimos con los padres de Natalia.

Hoy terminamos en Kyrgyzstan con un loco de las bicis... no intenten hacerlo en sus casas.

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