La tricoscopia no es más que la dermatoscopia
aplicada a la tricología, así que la buena noticia es que no tendremos que
invertir en un nuevo aparato. La mala, que tendremos que estudiar aún más para
sacarle partido a esta técnica no invasiva que tantas satisfacciones nos proporciona
cuando sabemos exprimirla al máximo. Y cuando se trata de niños, cualquier
técnica no invasiva tiende a cobrar protagonismo y vale la pena sacarle todo el
partido posible a esa lupa con luz polarizada que todos los dermatólogos
llevamos en el bolsillo (y cada vez más pediatras y médicos de familia).
Porque Abdón, nuestro paciente de esta semana, tenía una tiña
capitis. Pero eso ya lo sabíamos el día de la primera visita cuando le
pusimos encima el dermatoscopio y pudimos apreciar todos esos pelitos cortos en
espiral tan curiosos que nos decían: ¡Soy un dermatofito! Cosa que pudimos
constatar con un cultivo, que tampoco es invasivo, pero que nos da el
diagnóstico de confirmación un mes más tarde, un tiempo precioso si estamos
hablando de una enfermedad contagiosa que además puede producir una alopecia
persistente si no la tratamos a tiempo.
Imagen tricoscópica de la placa alopécica |
En la India la prevalencia de tiña capitis en niños es bastante elevada, así que he aprovechado este reciente artículo publicado en la Indian Dermatology Online Journal por L. Megwal en el que revisan los hallazgos clínicos, microbiológicos y tricoscópicos de 140 casos a lo largo de un año (el 63% eran niños de 5 a 12 años), arrojando una tasa de prevalencia de 2,69 por cada 1000 habitantes, siendo la tiña no inflamatoria la más frecuente, seguida del querion y de la tiña en puntos negros. El agente etiológico aislado con mayor frecuencia fue Trichophyton tonsurans y respecto a los hallazgos tricoscópicos, describieron las siguientes estructuras como las más frecuentes:
- Pelos en coma (80%)
- Pelos en sacacorchos (68%)
- Pelos doblados o curvos (54%)
- Pelos en zigzag (35%)
- Pelos en código Morse (15%)
- Descamación (89%)
- Puntos negros (67%)
- Pelos rotos (42%)
- Costras (32%)
- Pústulas (32%)
- Pelos en “L” (5%)
En el caso de Abdón podíamos ver pelos en sacacorchos y en coma al poner el dermatoscopio (os recomiendo mirar el artículo, ya que tiene bastantes imágenes). El cultivo fue positivo para Trichophyton tonsurans, un dermatofito que ocasionó un brote en la guardería a la que iba, así que desde el primer momento lo tratamos con griseofulvina a dosis de 20 mg/kg/d, durante 8 semanas, con respuesta completa y recuperación del pelo en esa zona.
Así que ya sabéis: en las placas de alopecia, especialmente
en niños, tened el dermatoscopio a mano (y no olvidéis desinfectarlo luego,
sobre todo si hacéis fotografías).
¡Hasta el sábado! Dedicado a los que seguís de vacaciones.
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