Lo primero fue el dolor. Un dolor extraño, como “pinchazos”, a veces rampa y cosquilleo; otras, como si hubiese hecho mucho ejercicio y tuviera agujetas. En el hombro, pero le corría hacia el brazo izquierdo. Pero Saturnino no había hecho nada fuera de lo normal. A sus 64 años, estaba jubilado. Había superado un cáncer de próstata, era hipertenso y tomaba unas cuantas pastillas desde hacía ya bastantes años. No tenía alergias a nada, que él supiera, y tampoco había estado por el campo ni había tenido contacto con animales. Tampoco había tenido fiebre, pero llevaba unos días con cierto decaimiento y con pocas ganas de hacer cosas.
Había decidido esperar unos días a ver si el dolor remitía,
aunque estaba un poco inquieto porque había llegado a pensar que pudiera ser
algo del corazón. Pero cuando empezaron a salirle esos “granitos” se asustó aún
más. Eran unas ampollitas en la parte izquierda superior de la espalda, también
en el pecho y en el brazo y antebrazo izquierdos. Era como si se hubiera
quemado, aunque estaba seguro de que ahí no le había podido tocar nada raro.
Como que estaba asustado y en su centro de salud le daban cita para dentro de
una semana, dos días más tarde fue a urgencias del hospital, donde le atendió
la residente de primer año de dermatología que ese día estaba de guardia.
Estoy segura de que todos acertaréis el diagnóstico esta semana y supongo que estaremos de acuerdo con el tratamiento. En cualquier caso, os espero el miércoles, como siempre.
Hoy nos despedimos en Barcelona, con este vídeo.
¡Herpes Zoster! Compromiso de los dermatomas C7-T1. Tto: aciclovir VO :)
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