Sol tenía queratosis actínicas, eso lo teníamos claro. Como
que ya le habíamos hecho crioterapia en otras ocasiones y las lesiones habían
recidivado, esta vez le propusimos otro tratamiento que en dermatología se
utiliza desde hace muchos años: el 5-fluorouracilo (5FU) tópico, que podemos
pautar en crema al 4%, en solución al 5% con ácido salicílico o también lo
podemos formular.
El 5FU es un antimetabolito citostático que inhibe el
crecimiento celular al interferir con la síntesis de ADN provocando una
deficiencia de timidina y muerte celular de las células neoplásicas (debido a
su alta tasa de replicación). Su utilización en el tratamiento de las
queratosis actínicas, tan frecuentes en nuestro entorno, es habitual, incluso
como tratamiento de primera línea en función del perfil de paciente, número,
tipo, tamaño y localización de las lesiones (eso ya lo repasamos hace algunos
meses). Además, es fácil de aplicar y permite que el paciente realice el
tratamiento en su casa, aunque deberemos advertirle de las reacciones locales,
que pueden ser intensas y provocar algún que otro susto si no lo hemos
explicado convenientemente.
La mano de Sol, meses después del tratamiento (sin víctimas perrunas) |
A Sol le recetamos el 5FU en crema al 4%, que viene en un tubo
de 40 g, en la pauta habitual, que es una aplicación nocturna en las lesiones
durante 4 semanas (eso, y que se resguardase de su nombre). Como que ya le
habíamos avisado, no se asustó cuando, ya desde los primeros días la zona
tratada se enrojeció y le aparecieron costras. Finalmente, pudo completar el
tratamiento y las lesiones se curaron sin mayor problema.
Y podríamos dejarlo aquí y despedirme hasta el próximo
sábado, pero el otro día leí una carta en la revista americana de dermatología
que hacía referencia a los casos de toxicosis por 5FU en mascotas que me llamó
la atención. A ver, que tampoco hay que ser Einstein para imaginarse que un
medicamento de estas características tiene que ser tóxico para cualquier
animal, pero no tenía conocimiento de los accidentes fueran relativamente
frecuentes. Brandon Young, el autor de la carta y salvador de perretes y
gatitos, nos recuerda que el 5FU suele prescribirse en crema en un tubo de
aspecto inofensivo. Esto, junto a la ignorancia de algunos pacientes (normal si
no se lo han explicado), hace que puedan dejar el medicamento en lugares
accesibles para las mascotas, que pueden lamer o morder el tubo, con la
consiguiente toxicidad. Aunque esta es la forma de exposición más frecuente,
también se han descrito problemas derivados de los lametazos de perros o gatos
en áreas tratadas. Las manifestaciones clínicas en los animales consisten en
convulsiones, vómitos, hemorragia digestiva y diarreas con sangre. La dosis
letal mínima en perros se estima en unos 20 mg/kg y las manifestaciones
empiezan a los 30-40 minutos después de la exposición (la muerte puede
sobrevenir a las 7 horas, en función de la dosis ingerida).
Para poner un poco de perspectiva, una mascota pequeña,
mediana o grande necesitaría ingerir 1.2 g, 5g y 10g de 5FU tópico al 5%,
respectivamente, para llegar a la dosis mínima letal, y debemos tener en cuenta
que con dosis inferiores ya podemos tener problemas de toxicidad. Además, no
existe antídoto ni otros tratamientos que las medidas de soporte.
En conclusión, si recetamos 5FU no está de más recordarles a
los pacientes que tengan animales (y ya de paso, niños pequeños) que mantengan
el tubo del medicamento lejos de otras manos que sean las suyas. Y este ha sido
mi dermaconsejo de hoy.
Hoy nos vamos hasta Francia, en Saboya, a la presa de Roselend...
Barrage de Roselend - 4K - Phantom 3 Pro from Yannick Cerrutti on Vimeo.
Que interesante comentario !!
ResponderEliminarY además que acertado para aquellos que tengan niños y mascotas .
Gracias ,Rosa (
Como siempre #muyfan