En el espectro Pantone de los posibles colores de las uñas
el verde siempre llama la atención por lo relativamente poco frecuente y porque
siempre lo asociamos a infección por Pseudomonas aeruginosa, aunque vale
la pena recordar que esto no siempre se cumple y que otras infecciones (por
ejemplo, las producidas por Candida sp.) también pueden dar una
tonalidad verdosa a la lámina ungueal (todo esto ya lo repasamos hace unos
cuantos años y sigue estando vigente). Pero hay que reconocer que unas uñas de
un verde tan intenso como las de Fina no se ven a menudo y en este caso el axioma
verde = Pseudomonas se cumplió una vez más. Recordemos que el color verde
proviene de los pigmentos que produce esta bacteria, en concreto la pioverdina
y la piocianina.
Antes de iniciar tratamiento |
¿Y qué hay de la asociación con onicomicosis? Porque la existencia
de Pseudomonas no excluye que además pueda existir una infección por hongos.
Pues bien, en 2020 un estudio coreano evaluó los casos de cloroniquia por P.
aeruginosa entre 2015 y 2018 en varios hospitales, incluyendo 23 pacientes
con una media de edad de 53 años y unos 12 meses de duración media de la
enfermedad. El 78% de las uñas afectas eran de los dedos de los pies y en un
22%, las de las manos. Pues bien, en un 65% de los pacientes se demostró la
presencia de hongos (además de la Pseudomonas), así que la coinfección parece ser
más frecuente de lo que pudiéramos pensar en un principio.
De ahí la importancia de intentar confirmar
microbiológicamente este tipo de infecciones, con la finalidad de proporcionar
un tratamiento adecuado. En este sentido, es útil el hipoclorito sódico al 2%
así como el ácido acético al 1% (en compresas), sin olvidarnos de llevar las
uñas lo más cortas que sea posible. Algunos antibióticos tópicos también nos
pueden ayudar, como la gentamicina tópica, la tobramicina, la sulfadiazina
argéntica y el nadifloxacino. Por último, en casos seleccionados en los que el
tratamiento tópico no sea eficaz y siempre valorando el riesgo/ beneficio, las
quinolonas orales durante 2-3 semanas pueden ser una opción válida.
Después de confirmar la infección por Pseudomonas mediante
cultivo bacteriológico, a Fina le recetamos fomentos de ácido acético al 1% una
vez al día y la aplicación nocturna de gentamicina tópica durante tres meses, observándose
una lenta mejoría que se mantuvo al suspender el tratamiento. Bueno, bonito y barato.
Hoy lo dejamos aquí, que es festivo y hay que descansar un poco. Pero el sábado volvemos. No sin antes viajar a China, con este vídeo.
China | 生活就是一次旅行 from Neal Howland on Vimeo.
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