De manera que tengo la excusa perfecta para hablar sobre ello.
Pero para entender todo esto de la fotoprotección hay que explicar algo de física y del espectro electromagnético, que en función de su longitud de onda se extiende desde frecuencias muy bajas, como las ondas de radio, hasta los rayos gamma. Entre medias, al ladito de la luz visible (la que nos permite apreciar los colores), nos llega la tan temida radiación ultravioleta (UV). Los rayos UV tipo A (UVA) comprenden las longitudes de onda entre 400-320 nm, los UV tipo B entre 320 y 280 nm y los UV tipo C (que afortunadamente no atraviesan la atmósfera terrestre) entre 280-200 nm. De manera que sólo los UVA y UVB llegarán a nuestra piel. Para que nos entendamos, a mediodía, en un día soleado en la costa mediterránea, el espectro solar contiene un 95-96% de UVA y un 4-5% de UVB.
Espectro electromagnético (Imagen tomada de Wikipedia) |
¿Qué quiere decir esto? ¿Cuáles son los “malos”? Resumiendo muchísimo, podemos decir que los UVB son los principales responsables de la quemadura solar, circunstancia que habría que evitar a toda costa, en especial en la infancia, ya que las quemaduras solares a temprana edad se correlacionan directamente con el riesgo de desarrollar un melanoma. ¿Entonces son seguros los UVA? ¿Y qué pasa con los infrarojos? Vamos por partes…
Sin entrar en los efectos beneficiosos de las radiaciones solares (recordemos que aparte de ser un potente psicoestimulante, el sol es fundamental para la síntesis de la vitamina D a partir del 7-dehidrocolesterol), vale la pena recordar que la quemadura solar y el bronceado son los efectos clínicos “inmediatos” más evidentes de la radiación UV, mientras que el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel son las consecuencias tardías de una exposición prolongada.
La absorción cutánea de la radiación UV está limitada a la epidermis a longitudes de onda menores a 290 nm, mientras que un 10% llega a la dermis en el rango de 290-320 nm. Pero la radiación UVA es la que va a penetrar más profundamente en nuestra piel. Hoy en día están más que demostradas las propiedades mutagénicas de la radiación UV. Los UVB son carcinogénicos ya que son absorbidos directamente por el ADN, originando lesiones pirimidínicas en el ADN. Además también inducen la formación de compuestos oxidativos que pueden dañar el ADN de manera indirecta. A diferencia del UVB, las radiaciones UVA no son absorbidas por el ADN y no tienen efecto directo sobre el mismo. Sin embargo las radiaciones UVA dañan de manera indirecta el ADN mediante la absorción de fotones por otras estructuras celulares (cromóforos) y la formación de compuestos oxidativos. De manera que tanto los UVB como los UVA causan daño celular a través de mecanismos diferentes, aunque ambos actúan en la expresión de proteínas p53 y bcl-2 que regulan la apoptosis inducida por la radiación UV.
Y por si faltaba algo, la cosa se lía más recientemente con la aparición de las radiaciones infrarrojas (IR) de las que poco se conoce acerca de sus efectos biológicos, pero que parece que pueden estar implicadas en el fotoenvejecimiento y carcinogénesis.
Si nos hemos pelado... mal asunto |
Resumiendo: a estas alturas de la película nadie pone en duda la asociación entre la radiación UV y el cáncer de piel, siendo la exposición a las radiaciones UV solares la principal causa ambiental de la aparición de melanoma en la mayor parte de los estudios epidemiológicos. La exposición solar acumulada y, en particular, existe una fuerte correlación entre las exposiciones intensas intermitentes (quemaduras solares) y el melanoma. El riesgo relativo de melanoma se incrementa de manera significativa si estos eventos tienen lugar durante la infancia o adolescencia respecto a la vida adulta: OR 4,3 [1,7-11,1].
No sólo el melanoma, sino que el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular también se asocian fuertemente con la exposición a la radiación UV. El patrón de exposición intermitente a elevadas dosis de UV durante la infancia es más significativo en pacientes con carcinoma basocelular, mientras que el carcinoma espinocelular se correlaciona más fuertemente con exposiciones más crónicas y continuadas, de tipo laboral.
Y si el cáncer de piel no nos asusta lo suficiente, existen otros argumentos para protegernos de la radiación solar. El fotoenvejecimiento es distinto al envejecimiento cronológico normal. Una piel fotoenvejecida es seca, pierde elasticidad, es más gruesa, tiene telangiectasias y arrugas profundas, además de poder observarse pigmentación irregular, léntigos y efélides. Siempre he dicho que un buen fotoprotector es la mejor crema antiaging.
Hoy quería hablar de fotoprotección, pero tendrá que ser otro día. De momento nos quedamos con los siguientes mensajes:
- Aunque las radicaciones UVB son las que tienen un efecto directo sobre el ADN, cada vez está más claro el papel de las radiaciones UVA en la carcinogénesis así como en el fotoenvejecimiento.
- Para conseguir una buena protección frente a los UVA tendremos que utilizar filtros con factor de protección más elevados.
- Aunque con la fotoprotección adecuada evitemos la quemadura solar (que es fundamental) si la exposición es persistente y conseguimos broncearnos, hay que tener en cuenta que el daño está hecho, al menos en cuanto a fotoenvejecimiento se refiere. Lo siento en el alma, pero esto es así. Bronceado y juventud duradera son incompatibles.
- Somos mayorcitos, comprendemos los riesgos y si queremos estar morenos y churrascados, adelante. Pero nuestros hijos no tienen la culpa, así que debemos extremar las precauciones con los más pequeños (al menos hasta que sean mayores como para fumar y quemarse por ellos mismos con conocimiento de causa).
Estelas from Luis Caldevilla on Vimeo.
Enhorabuena por este fantástico blog, Rosa. Ahora mismo me registro como seguidor. El video del sol y la luz es alucinante de bonito. Un cordial saludo desde Mallorca.
ResponderEliminarGràcies Juan! Una abraçada des de ben a prop
EliminarRosa
Gràcies a tú, Rosa. Amb el teu permís pòs un enllaç al meu blog i compartesc al meu Facebook. Una abraçada..
ResponderEliminarME RESULTA MUY INTERESANTE BUESTRO TRABAJO, OS FELICITO.ESA GEMA QUEDICEN QUE ES MUY BUENA SE LA BOY A COMPRAR A MI HIJAS ,LA ANTIANGING PUES ELLAS ESTAN MUCHO RATO DANDO UN PASEO Y AUN ASI BIENEN UN POCO SU CARA ROJA .GRACIAS.
ResponderEliminarUn tema muy interesante y muy bien explicado. Enhorabuena.
ResponderEliminarDe todas maneras los niños ni con protección máxima se libran de coger algo de bronceado. Ya que están todo el día al sol y en remojo.
¿Recomiendas las camisetas que venden últimamente para protección del sol?
Muchas gracias
Hola, Rocío. La verdad es que las camisetas con fotoprotección son una buena idea para los niños (y adultos).
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