Aunque se cree que es debido a una disminución de los lípidos en la superficie cutánea, la patogénesis exacta se desconoce, ya que la asteatosis, que ocurre en muchas circunstancias no siempre conduce al eccema. Actualmente los factores relevantes en la producción de este tipo de eccema son una piel seca y una tendencia al “agrietamiento” cutáneo, que se ven aumentados por diferentes factores, como la reducción de lípidos con la edad avanzada, malnutrición, alteraciones de la capa córnea, utilización de detergentes, baja humedad ambiental, etc. Además, la absorción percutánea en esa piel dañada está aumentada, lo que la hace más sensible a los diversos agentes irritantes y contactantes. Por último, los diuréticos pueden jugar un papel determinante en algunos casos en personas mayores.
La "sequía" también se manifiesta en la piel |
Este tipo de eccema se presenta especialmente en las piernas de personas mayores, sobre todo en los meses invernales, aunque también podemos observarlo en extremidades superiores. La piel está seca y descamativa, y en las piernas se observa una piel cuarteada con el típico patrón en empedrado del eccema craquelé. En algunos pacientes las fisuras pueden ser incluso hemorrágicas. Además, estas lesiones suelen ocasionar prurito más o menos intenso. Sin tratamiento, puede persistir varios meses, aunque lo habitual es que mejore en verano. El rascado, o el contacto con irritantes o sensibilizantes pueden empeorarlo. Todo esto puede complicarse si además el paciente tiene edemas en las piernas debido a otros problemas concomitantes.
Si realizáramos una biopsia (pocas veces será necesario) nos encontraríamos ante un eccema subagudo con un infiltrado dérmico variable.
De manera que después de realizar el diagnóstico (que suele ser sencillo por el típico aspecto de las lesiones), sólo nos queda pautar el tratamiento adecuado. Es importante no olvidarnos de una serie de medidas generales que nos van a ayudar a que todo se resuelva más rápidamente: intentar humidificar el ambiente, evitar las prendas de lana en contacto directo con la zona afecta, evitar el uso de esponjas (guantes de crin o similares a la basura) y utilizar limpiadores no desengrasantes (syndet). Una vez más la hidratación y el uso de emolientes (siempre mejor cremas-pomadas que aceites) es fundamental, pero en la fase aguda pueden no ser bien tolerados por el paciente y es importante intentar disminuir la inflamación y el rascado con corticoides tópicos de potencia media e incluso antihistamínicos orales como tratamiento sintomático. Una vez controlado el prurito, las hidratantes con urea o lactato pueden ser suficientes para evitar brotes posteriores.
En el caso de Encarna, le dimos una crema de corticoide de potencia media, con mejoría de las lesiones después de una semana de tratamiento y posteriormente insistimos en la utilización de cremas hidratantes.
Por último, vale la pena recordar que no siempre es todo tan sencillo y que existen casos descritos de eccema craquelé generalizado. Cuando nos encontremos con un paciente de esas características (con lesiones no sólo en las extremidades, sino también en el tronco), debemos pensar en neoplasias asociadas (linfoma, estómago, mama, etc).
Para terminar hoy os dejo con este precioso vídeo, que empieza con una aburrida cena y termina con una sorprendente carrera de caballos. Hasta el sábado.
Champagne Capitalist from pestle and mortar on Vimeo.