29 agosto 2012

Queratosis liquenoide benigna: no es tan fiera como parece

Lo que le había pasado a Antonia (prescindiendo de las consideraciones logísticas) es un motivo de consulta bastante frecuente: “manchas” que estaban ahí, y un buen día empiezan a picar y poco a poco van atenuando de color hasta, en ocasiones, desaparecer. Se trata de una queratosis liquenoide benigna, también conocida como queratosis liquen plano-like, y es importante conocerla por la tendencia a confundirla con tumores malignos.

Entidad descrita por primera vez por Lumpkin y Helwig en 1966, no es hasta 1981 cuando Laur y colaboradores publican la correlación clínico-patológica con más detalle.

En realidad la queratosis liquenoide benigna correspondería a una queratosis seborreica o a un léntigo solar que sufren regresión espontánea. La edad media de presentación es a los 59 años y aumenta con la edad, siendo más frecuente en mujeres.

Dermatoscopia de la lesión de nuestra paciente

Clínicamente, suele manifestarse como una placa solitaria, ligeramente elevada (aunque a veces sólo veremos una lesión macular), que puede adoptar diferentes tonalidades, desde rosado, gris violáceo o color “herrumbre”, más frecuentemente en el tronco o extremidades, de tamaño variable.

El diagnóstico diferencial puede plantearse con queratosis seborreicas, queratosis actínicas liquenoides, enfermedad de Bowen o melanoma.

Si realizamos una biopsia, los hallazgos histológicos incluyen hiperplasia epidérmica, queratinocitos necróticos en la epidermis, una capa granular gruesa y ortoqueratosis compacta. Asimismo, puede observarse un infiltrado liquenoide con alteración vacuolar. Además, lesiones más tardías contienen áreas de regresión con fibrosis, telangiectasias, infiltrado linfocitario y melanófagos en una dermis papilar engrosada.

Pero lo que más ayuda al diagnóstico es la dermatoscopia. Los dos patrones más comunes son, en orden de frecuencia, el patrón granular difuso y el localizado. Se caracterizan por la presencia de gránulos gruesos gris-marronáceos, marrón-rojizos, gris azulados o gris blanquecinos. En el patrón granular localizado frecuentemente se pueden diferenciar las características generales de un léntigo solar o queratosis seborreica y un área de gránulos de color marrón-grisáceo (que histológicamente corresponden a melanófagos y fibrosis en la dermis papilar).

Pero hay que andarse con ojo, ya que el fenómeno de regresión puede observarse en otras lesiones pigmentadas como el halonevus, el nevus de Clark y el melanoma, aunque la regresión que podemos observar en el melanoma suele tener gránulos finos y acostumbra a asociarse a otros hallazgos, como el retículo pigmentado o los glóbulos. Sin embargo, si existen dudas (patrón indeterminado), deberemos realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico.

En el caso de Antonia, practicamos una biopsia incisional antes de mandarla con su hija, que confirmó el diagnóstico de queratosis liquenoide benigna. El tratamiento en estos casos es innecesario, así que simplemente le comunicamos por teléfono el resultado para que se quedara más tranquila.

Si queréis profundizar un poco más podéis descargaros este artículo de la Dermatologia Rev Mex o este otro en el que revisan 1040 casos. La descripción dermatoscópica la he sacado del libro “Principios de Dermatoscopia” de los Dres. Malvehí y Puig (2009).


Todo está conectado, y si no, mirad este vídeo...


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